51 Muestra Internacional de Cine

Las Brigadas Rojas

La escena de la manifestación delante del teatro de La Ópera, al comienzo del largometraje.

Inspirada fielmente en el ensayo El complejo Baader Meinhof (1998, editorial Goldmann), del historiador Stefan Aust, Las brigadas Rojas reconstruye los pasos de los cuatro integrantes fundadores de la primera generación de la Facción del Ejército Rojo (RAF, por sus siglas en alemán, Rote Armee Fraktion): el más importante grupo terrorista en la Alemania de postguerra.
El movimiento surgió en los años setenta (hace apenas cuarenta años), como una respuesta radical contra el avance del pensamiento capitalista y contra las estrategias imperialistas del periodo (como la guerra de Vietnam y la intervención en Oriente Medio), a las que los jóvenes veían como amenazas que influían en la orientación del sistema político de la República Federal Alemana.
Eventualmente, la RAF se convirtió en el semillero y la inspiración de otros grupos de activistas que, oficialmente, fueron disueltos hasta 1998.
Pero la película se mueve en un arco temporal de diez años. Comienza en 1967 y concluye en 1977, siguiendo el ascenso y ocaso de los líderes del movimiento: la periodista de izquierda Ulrike Meinhof y los activistas Andreas Baader, Gudrun Ensslin, Petra Schelm, Jan-Carl Raspe y Werner Hoppe: unos asesinados, los otros encarcelados, unos más sospechosamente “suicidados” durante su confinamiento y mientras su juicio estaba en proceso.

Neutralidad y ambigüedad
Cinta de ficción rodada como si se tratara de un documental, ya que procura registrar los hechos “tal como ocurrieron” y porque propone un frío distanciamiento en pos de la imparcialidad, Las Brigadas Rojas es un notable ejercicio de síntesis totalizadora: en casi tres horas procura mostrarnos causas y consecuencias del momento más turbulento en la historia reciente de Alemania. Sin embargo, el filme de Uli Edel también se resiente a causa de un ritmo inseguro y, sobre todo, por la dificultad de explicarle claramente a un público no alemán el sentido y la coherencia de los hechos que comparte.
Este asunto del sentido es particularmente delicado porque ante los públicos más jóvenes, totalmente mediatizados y desideologizados de hoy, un filme como éste no brinda información suficiente y sólo les va a parecer la aventura de un grupo de rebeldes sin causa que a tontas y a locas echaron mano de las armas y de la guerrilla urbana y que finalmente fueron sofocados por la autoridad.
Desde luego, las cosas no fueron así. Para los integrantes de la RAF, detrás de la emergente democracia alemana se incubaba un monstruo tan siniestro como el del nazismo de treinta años atrás, pero nada de esto se muestra en el filme y es este factor el que lo convierte en un documento interesante, pero esencialmente inofensivo.
¿Plan con maña? Quién sabe. Pero no es gratuito que, hace un año, este filme haya figurado entre los candidatos a Mejor Película en Idioma Extranjero por parte de la Academia de Hollywood. “Después de todo –han de haber pensado los responsables del entretenimiento global–, tal como está, Las brigadas rojas sólo transmite un poderoso mensaje en su subtexto: chavos, no se metan en broncas porque van a terminar mal”.
Desde este punto de vista, la neutralidad casi documental del filme es su punto de mayor ambigüedad. En términos concretos, el filme es anecdóticamente fiel a los acontecimientos, pero no se ve la misma fidelidad en la postura del director. ¿Simpatiza con los activistas? ¿Los repudia? ¿Cree que su causa era o no justa? ¿Tiene algo qué decir sobre el estado actual de la Alemania unificada a la luz de lo acontecido?
Un poco como le ocurría a Steven Soderbergh a la hora de narrar con brío, pero con una neutralidad aséptica la historia del Che Guevara, Uli Edel también se desmarca aquí de cualquier compromiso verdadero con su tema al apelar a un afán de objetivismo que no es sino una coartada.
Porque, tal como está, Las brigadas rojas es inteligible sólo para un espectador atento de más de cincuenta años de edad, para académicos familiarizados con la historia europea contemporánea, para los interesados en el tema de la guerrilla en el mundo o para catedráticos que, como nuestros Víctor y Adriana Pineda (presentes en la función de gala de la Muestra, con este filme, el jueves), hayan tenido la oportunidad de viajar a la nación teutona y empaparse de su espíritu. Para todos los demás, Las brigadas rojas es Terra Ignota. No hay empatía y eso es lo que impide estar cerca de cuanto se narra y de conmovernos, por ejemplo, con el asesinato de Petra Schelm, que es uno de los momentos climáticos del filme porque ella es la primera, de entre los líderes de la RAF, que es abatida por las fuerzas del Estado.
Estamos pues, en las antípodas de un filme que, con un intimismo muy comprometido, se ocupaba hace diez años de un tema similar: Las leyendas de Rita (Volker Schlöndorff. Alemania, 1999), una cinta que al reconstruir la historia de la joven terrorista Rita Vogt y su huida al otro lado del Muro de Berlín, nos mostraba cómo y de qué forma un importante número de militantes de la ultra radical izquierda pactó con la ultra conservadora burocracia de la antigua Alemania del Este.

En contexto
Aunque sea “a toro pasado”, valga poner en contexto el tema de Las brigadas Rojas.
La Facción del Ejército Rojo (Rote Armee Fraktion, RAF), fue una organización armada aliada al terrorismo revolucionario de extrema izquierda y es posible decir que hoy es una de las reliquias más vivas de la historia reciente de la República Federal Alemana.
Su comando fundacional (que es al que conocemos en este filme) se promovió a sí mismo como el protagonista de “una guerra de seis contra sesenta millones” y, convencido de que las palabras sobraban en un momento en el que era preciso pasar a los hechos, se entregó a desestabilizar el sistema con todo tipo de atentados a bancos, instituciones y secuestros contra prominentes figuras de la vida política alemana.
Desde esa “guerra de seis contra sesenta millones” han transcurrido ya treinta años, pero su recuerdo perdura, en especial el del tristemente célebre “Otoño alemán” (Deutscher Herbst) de 1977, que fue el punto culminante de la lucha armada de la RAF contra el Estado.
Más allá de las cicatrices, los sucesos de aquella época llevaron a la joven democracia de Alemania Occidental a un estado de excepción. Nunca antes el Estado de Derecho alemán había sido desafiado y llevado a una situación de auténtica inseguridad como en la década de 1970 y, como nunca antes, el Estado alemán fortaleció la legislación y su aparato de seguridad. Todo el conjunto de la legislación perteneciente al ámbito de la seguridad interior fue modificado, endurecido y ampliado mediante leyes ad hoc. Desde este punto de vista, una de las consecuencias del movimiento terrorista alemán consistió en que alentó que principios fundamentales inherentes a cualquier Estado de Derecho fueron restringidos y que la legislación de excepción se haya convertido en algo habitual.
No era para menos. A lo largo de poco más de una década, un total de 34 personas, en su mayoría funcionarios y personajes del mundo político y empresarial germano, fueron asesinadas por la RAF en su lucha anticapitalista contra el Estado alemán. A su vez, 27 miembros de las organizaciones terroristas surgidas al seno de la RAF perdieron la vida. La agrupación terrorista se mantuvo en pie durante treinta años, tendiendo vínculos con otras organizaciones como la OLP (la Organización para la Liberación de Palestina), hasta que anunció formalmente su disolución en el año de 1998.



El tráiler del quinto largometraje dirigido por Uli Edel, exhibido en la Muestra.



XXXVIII Concurso Artístico de la Raza P’urhépecha

En pos de Bellas Artes

o del Auditorio Nacional

Busca el gobierno del Estado a través de la Secum darle el mayor realce y difusión posible a los ganadores del certámen


Los integrantes de la mesa durante el desayuno conferencia de prensa.

El gobierno del Estado, a través de la Secretaría de Cultura de Michoacán, estaría dispuesto a llevar a los ganadores del XXXVIII Concurso Artístico de la Raza P’urhépecha de Zacán al Palacio de las Bellas Artes o, en su defecto, al Auditorio Nacional, ambos foros localizados en la ciudad de México
Así lo afirmó el secretario de Cultura, Jaime Hernández, durante un desayuno conferencia de prensa en el que se dio a conocer que el próximo sábado 6 de febrero los ganadores del reciente festival de Zacán ofrecerán una primera actuación en Morelia.
Este será el segundo año consecutivo en el que los ganadores del concurso anual se presentan en la capital michoacana. La actividad se realizará a partir de las 20:00 horas en el escenario del Teatro José María Morelos, durante un programa que incluirá una muestra de atoles y una exposición fotográfica.

La mayor difusión
Durante la conferencia, el secretario de Cultura señaló que con la función en el Morelos se cumplen las instrucciones del gobernador Leonel Godoy Rangel, en el sentido de fortalecer la presencia de los grupos p’urhépecha ganadores de Zacán en diferentes escenarios, no sólo de Michoacán sino de fuera del estado.
Fue en este último punto donde el funcionario indicó que se ha pensado en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México.
Empero, al término de la conferencia e interrogado por Liliana David, de La Voz de Michoacán, en el sentido de qué tan factible sería realmente llevar a los ganadores de Zacán al Palacio, el funcionario moduló el entusiasmo inicial indicando que concretar la posibilidad no depende de la Secum, sino de la disponibilidad del Palacio de Bellas Artes y de su agenda de actividades. No obstante, sostuvo que se negocia en ese sentido. Señaló que, de no conseguirse Bellas Artes, el Auditorio Nacional sería la mejor alternativa como Plan-B, pero que también en ese caso se depende de los calendarios del foro defeño.

Perfiles del encuentro
En su turno, Ireri Huacuz Dimas, jefa del Departamento de Atención a la Diversidad Cultural de la SECUM, expresó que los habitantes de Zacán en general y los concursantes en particular se preparan con muchos meses de anticipación.
Al hablar sobre el programa preparado en ésta, la segunda ocasión en que los ganadores de la competición artística hacen acto de presencia en Morelia, Ireri Huacuz explicó que se presentarán el Trío Tanimu Iretecha (Tres Pueblos) de Tiríndaro y el Trío Santa Cecilia de San Antonio Tierra Blanca, ganadores de la categoría de Pireris.
También se contará con la actuación de la orquesta de los Hermanos Morales de Capacuaro.
En el rubro de Danzas se ejecutarán la del Pescado de la Isla de Janitzio, y la danza T’are Uarariecha o Danza de los Viejitos de Charapan. La Banda Juvenil de Ichán, también ofrecerá su actuación ante el público del Teatro Morelos.
En éste año también se presentarán todos los acreedores a los Premios Especiales: Los Kúrpites de Caltzontzin, que obtuvieron el Premio Tata Gervasio, los Kúrpites de San Juan que se adjudicaron el Premio José Santos Campos y Los Palmeros de Angahuan, Premio Juan Manuel Maldonado Valencia, por el rescate de danzas tradicionales.
A ellos se sumará la representación de la Chananskua (Carnaval), de Jarácuaro, Premio Familia Ramos Alfaro.
También los galardonados con el primer y segundo lugar en la categoría infantil: Danza Sapichus de Sicuicho y los Kúrpites de San Juan Nuevo.
Cabe destacar la participación especial de la Orquesta Tumbiecha y la Danza de los Moros,
Además, como parte de este evento se hará presente la gastronomía michoacana con la Octava Muestra de Atoles Tradicionales de la Región.
Al respecto, Huacuz Dimas destacó la importancia de incluir en este programa la actuación de grupos infantiles con la intención de que estas manifestaciones culturales sean conocidas y apreciadas por los niños que viven o visitan Morelia, y asegurar que los infantes de Zacán continúen preservando su cultura.
Por su parte, Odilón Medina, integrante del comité organizador, agradeció el interés y el apoyo recibido por parte del Gobierno del Estado, a través de sus diferentes dependencias, para la realización tanto del concurso como de este evento en particular.
Agregó que el concurso les ha implicado mayor responsabilidad en cuanto a su organización, con el fin de brindar un evento en el que se recibe con mucha hospitalidad a los asistentes.

Imágenes de casa
Como parte de esta presentación, César Chávez Valencia, quien es fotógrafo de profesión, ofrecerá una muestra fotográfica en la que, a través de 20 imágenes, compartirá escenas relativas a los diferentes festejos efectuados a lo largo del año en Zacán tales como la Semana Santa, la Navidad, y la Danza de los Negritos.
Con 30 años de edad, 3 exposiciones individuales y una colectiva, César Chavéz, quien es licenciado en Periodismo y originario de Zacán, lleva alrededor de 7 años retratando escenas del Concurso Artístico de la Raza Purépecha, por lo que cuenta con un acervo cercano a las 600 fotografías.
Como se recordará, el Concurso Artístico de la Raza Purépecha es un foro donde se vive, se baila, se escucha y se siente de cerca la riqueza y fuerza viva y creadora de los p’urhépecha en sus diversas expresiones: pirekuas, danzas, orquestas y bandas de viento; es asi que los días 17 y 18 de octubre de cada año, se dan cita el pasado histórico y la identidad a través de las diversas manifestaciones de las comunidades de la región p’urhépecha, con el objetivo de expresarse y competir de una forma sana, por un premio y el reconocimiento de quienes asisten.


EN VIDEO

La titular del Departamento de Atención a la Diversidad Cultural abunda sobre la importancia del Festival Artístico P'urhépecha de la comunidad de Zacán